martes, 22 de febrero de 2011

Pude

Pude quererte menos y no lo hice.
No lo hice,
y lo de ''menos''
es porque al menos
ya no estuviste toda triste
y no te arremolinabas
nada.

Pude quererte más y no lo hice.
No lo hice,
y lo de ''más''
es porque más allá de todo
siempre tenías eso
que viene con el temblor de boca
de los tristes.

Pude quererte nada y no lo hice.
No lo hice,
y lo de ''nada''
es porque sólo entrar en tu espalda
me suponía remolinos y temblores
de esos que llevan en la espalda
los tristes.

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