lunes, 13 de junio de 2011

Con sólo dos gramos de frío

Dos gramos de frío al día me bastan.
Con eso las sábanas me son una capa;
con eso te doy un beso
en la espalda: glacial, gélida, blanca;
con eso tus lunares me son una sonrisa
para nada falsa, una caricia vidriosa,
una flecha en el alma. Con dos gramos,
con sólo dos gramos cada mañana
te fabrico una taza de hielo
para que bebas con calma.

Cuánto haría, luz de escarcha,
con sólo dos gramos de frío
cuando despunta el alba.

Pero eso es imposible
con este calor que me dice que me faltas.

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